Muchos casos de intoxicación alimentaria surgen de un pequeño incidente: un manipulador de comestibles se olvida de lavarse las manos, no se devuelve el alimento a la nevera tras la preparación o se utiliza un paño sucio para limpiar el borde de un plato. En ocasiones son las cosas simples las que debemos tener más en cuenta cuando preparamos la comida. Uno de los primordiales requisitos para una cocina profesional es asegurarse de que todos los manipuladores de alimentos hayan recibido suficiente formación a fin de que comprendan los principios del control del tiempo y la temperatura, la higiene personal y los peligros que supone la preparación de los alimentos. No olvides lavarte las manos al comienzo de tu turno, antes de manipular cualquier comestible, cuando vuelvas de un reposo y toda vez que entres en un área de preparación de alimentos, incluso si te lavaste las manos después de ir al baño. Además de esto, debes lavarte las manos depués de manipular cualquier otra cosa que no sea comida, por poner un ejemplo, dinero, harapos de limpieza, equipo de limpieza o bolsas de basura. Después de haber ido al baño, después de toser, estornudar o sonarse la nariz, después de comer, tomar o fumar, tras tocarse el cuerpo o la cara, rascarse, tocarse el pelo, frotarse la cara, después de tocar animales. Es importante lavarse las manos también tras manipular ingredientes crudos, como carne de pollo cruda. Si emplea el paño de cocina para limpiar los restos de alimentos de alto riesgo, como huevos crudos, carne cruda, aves de corral crudas, pescado crudo o verduras crudas, asegúrese de cambiar el paño de manera inmediata. Hervir el paño de cocina durante quince minutos o lavarlo en la lavadora en un ciclo estándar son formas efectivas de limpiar los paños de la vajilla y matar cualquier germen que pueda estar presente. No use un paño de cocina que huela mal o que parezca sucio, puesto que es muy probable que exista un gran número de microorganismos presentes en el paño. Es fundamental para la seguridad alimentaria, mantener los alimentos a la temperatura correcta. Si los alimentos se almacenan, cocinan o sirven a la temperatura incorrecta, los gérmenes pueden multiplicarse rápidamente. Necesitas saber las temperaturas adecuadas para poder realizar un control y una vigilancia, por servirnos de un ejemplo, para revisar que los refrigeradores o congeladores están a la temperatura correcta o contrastar que no hay alimentos que han permanecido fuera de la cámara frigorífica a lo largo de demasiado tiempo.

QUÉ SABES DE SEGURIDAD DE LOS ALIMENTOS